La motivación es un factor importante que suele marcar la diferencia entre el bienestar o malestar en nuestro trabajo. Es común pensar que se trata de algo externo y que solo la experimentamos cuando nuestra organización nos propone acciones para incrementarla, tales como una subida de sueldo, un ascenso o una formación interesante, o bien cuando las condiciones externas son las ideales. Y sí, las políticas de desarrollo y motivación de las organizaciones son importantes y es fácil estar motivados cuando las condiciones externas son buenas, pero ¿qué pasa cuando nuestro entorno laboral no es el ideal y/o nuestra empresa no presta la atención que nos gustaría a nuestro desarrollo? Para conseguir un bienestar en nuestro trabajo es importante que aprendamos a generar nosotros mismos la motivación.

La automotivación consiste en la habilidad para ilusionarnos y entusiasmarnos con el fin de satisfacer un deseo, objetivo o expectativa sin depender de otra persona o evento externo. Cuando la desarrollamos aprendemos a influir en nosotros mismos y de esta manera generarnos un entorno más propicio para desarrollarnos, independientemente de las circunstancias externas que estemos viviendo.

A las personas que desarrollan la habilidad para automotivarse les suele ser más fácil:

Para desarrollar la automotivación te propongo que empieces a prestar atención a lo siguiente:

Encontrar el sentido a lo que haces

La mayoría de las veces solemos ver nuestro trabajo como un conjunto de tareas por las que recibimos una remuneración a final de mes y no prestamos tanta atención a la contribución que hacemos con nuestro trabajo. Pregúntate cuáles son las implicaciones que tiene tu trabajo para tu organización, tus compañeros, la sociedad y todo lo que se te ocurra ¿Cuál es la trascendencia de aquello que haces? ¿Qué aporta tu trabajo? Si tu puesto no existiese ¿qué dejaría de hacerse? El encontrarle el sentido a lo que haces te ayudará a conectar con tu misión en el trabajo y te ayudará a implicarte y a comprometerte más con el proyecto.

Plantéate metas y objetivos alcanzables

Cuando nos orientamos al logro y conseguimos obtener los resultados que nos hemos propuesto, crece la sensación de nuestra influencia en aquello que hacemos; no somos víctimas del azar, de las circunstancias o de los demás, y eso nos da seguridad y nos anima nuevamente a perseguir resultados. Es importante, por tanto, que nos planteemos nuestras propias metas para mantenernos motivados. Si estas coinciden con las que tu organización te propone a principio de año, perfecto; pero si encuentras que no son realistas, no dependen del todo de ti o en tu puesto de trabajo no se plantean, te animo a que te propongas tus propias metas y trabajes con un objetivo que te ayude a darle sentido a tu rutina laboral, a superarte y a desarrollarte en tu puesto de trabajo.

Busca el equilibrio entre tu habilidad y nivel de dificultad

Otro factor que influye en la motivación es el estímulo que nos suponga nuestro trabajo. Encontrar el equilibrio entre nuestra habilidad y el nivel de dificultad en nuestro puesto de trabajo nos ayudará a mantener el interés. Para automotivarnos es importante analizar bien nuestro nivel de estímulo en nuestro puesto actual y buscar maneras de disminuirlo de forma proactiva y creativa cuando sintamos que la dificultad supera nuestra destreza actual o aumentarlo cuando el nivel de reto o dificultad sea muy inferior a nuestra habilidad.

Para disminuirlo podemos delegar, buscar la colaboración de compañeros o agentes externos o buscar formación específica que nos ayude a incrementar nuestra habilidad.

Para aumentar nuestro estímulo podemos tomar acción incorporando nuevas rutinas o formas de hacer las cosas, involucrarnos en nuevos proyectos de forma proactiva, ayudar a compañeros o hablar con nuestros superiores para buscar otras funciones más adecuadas a nuestra habilidad.

Apóyate en tus fortalezas y logros

Para notar que progresamos y que esto nos anime a seguir avanzando es importante que hagamos regularmente un análisis de nuestras fortalezas y logros. Este análisis y repaso nos ayudará a anclarnos en lo que somos buenos y en lo que nos sale bien.

Te propongo que al final de tu jornada laboral escribas tus logros del día. No tienen que ser grandes cosas, simplemente algo que te haya salido bien y de lo que te sientas orgulloso/a. Al lado del logro puedes escribir la habilidad o destreza que te ha ayudado a conseguirlo. Esto te ayudará a cerrar el día con lo positivo de la jornada y te ayudará a sentirte mejor con el trabajo realizado.

Si quieres desarrollar tu automotivación, te animo a que reflexiones sobre estos cuatro puntos que he compartido contigo y lo pongas en práctica. Cuando consigas integrarlos, te resultará más fácil mantener la motivación por ti mismo.