Si llevas tiempo poniendo todo de tu parte para cambiar algo pero no consigues avanzar y el cambio que percibes para el esfuerzo que estás invirtiendo es mínimo o inexistente, es muy probable que detrás de esto haya una o varias creencias que te estén limitando.
Las creencias son generalizaciones que hacemos a partir de nuestras experiencias. Determinan el significado que le damos a los acontecimientos de nuestro entorno, filtran nuestra percepción de la realidad y marcan nuestro comportamiento.
Cuando nuestras experiencias en determinada área han sido negativas, solemos construir creencias que nos limitan y nos pueden llegar a desanimar e incluso nos pueden paralizar. Muchas de éstas se instalan en nosotros sin darnos casi cuenta y lo peligroso es que las solemos percibir como verdades absolutas cuando son solo filtros subjetivos de nuestra experiencia.
Ejemplos de creencias que nos pueden limitar son: “no valgo lo suficiente”, “no le importo a nadie”, “nunca me saldrá algo bien” o “si obtengo lo que quiero, perderé algo”, “no hay trabajo”, “ya nadie invierte en nada”, “no hay nada que hacer”. Estos son solo unos ejemplos de las que oigo más a menudo.
Cuando logramos identificarlas y entender que son solo “creencias” nos es más fácil buscar maneras para disolver su impacto y encontrar otras que nos potencien y nos ayuden a alcanzar los resultados que deseamos.
Identificar creencias
Podemos acceder a nuestras creencias básicamente observando nuestros pensamientos, el lenguaje que utilizamos, nuestra conducta, las decisiones que tomamos y analizando aquello que nos bloquea o donde notamos resistencia.
No obstante, al percibir nuestras creencias como verdades absolutas, el identificarlas como “creencias” va a requerir de nosotros un esfuerzo importante de objetividad, flexibilidad y disposición a desapegarnos de algunas de nuestras ideas.
Las creencias también pueden ser difíciles de identificar cuando las usamos como “razones lógicas” para justificar comportamientos que no nos sentimos capaces de evitar o para justificar algo a lo que no nos queremos enfrentar.
Para que te resulte más fácil identificarlas, te sugiero que pruebes lo siguiente:
- Elije el área en el que las cosas te estén saliendo bien y habla con personas que tengan una postura diferente a la tuya y que estén teniendo dificultades en esta área. Escucha con atención e interésate por las ideas que sustentan las posturas de esta persona. Abstente de dar consejos o entrar en discusión, limítate a escuchar e identifica las creencias que hay detrás de su postura. Seguramente observarás que la persona generaliza o distorsiona ligeramente la realidad para ajustarla a sus experiencias y darles sentido o justificación. Nota como esta lectura limita sus opciones y/o la desanima. ¿Puedes pensar en un área de tu vida en el que tu hagas lo mismo?/li>
- Piensa en algo que has superado de tu pasado. ¿Qué creencias albergabas sobre esta situación antes de superarla? ¿Qué creencias tienes ahora sobre esta situación?
Cuando observamos y escuchamos las ideas y creencias de otros o recordamos aquellas que hemos superado nos es más fácil ganar la objetividad y la flexibilidad suficientes para identificar nuestras creencias actuales y elegir cambiarlas si consideramos que nos limitan.
Cambiar creencias limitantes
Una vez tengas identificadas las creencias que te limitan, para empezar a cambiarlas te sugiero que realices lo siguiente con cada creencia que quieras modificar:
- Reflexiona sobre cómo es tu vida con esa creencia y detalla cómo te está limitando. Después imagínate cómo sería tu vida sin esta creencia, qué ganarías y que te aportaría el no tenerla.
- Cuestiona tus creencias limitadoras, busca evidencias de lo contrario. Si, por ejemplo, tienes la creencia de que “no hay trabajo” busca a personas que lo hayan conseguido recientemente y analiza los sectores en los que lo han conseguido, la formación que se requería para estos puestos, qué medio utilizaron para conseguirlo y toda la información que te pueda ayudar a tener una idea más “real” y detallada de la situación y te ayude a librarte de esta creencia que te pueda estar desanimando a encontrar un empleo.
- Piensa en lo que quieres conseguir. ¿Qué creencia o creencias te ayudarán a lograrlo? ¿Cómo sería tu vida con esta o estas creencias? ¿Qué puedes hacer para incorporarlas a tu vida?
Te animo a que practiques lo que te sugiero en este artículo y prestes atención a lo que acontece en tu día a día como resultado de estas prácticas.
Super interesante el aporte!!!
Gracias por tu comentario. Me alegro te haya resultado interesante el aporte del artículo Marina.