Para conseguir trascender las dificultades en nuestra comunicación es fundamental saber ponerse en el lugar de la otra persona y, aunque esto parezca sencillo, lo cierto es que llevarlo a la práctica no lo es tanto porque nos cuesta muchísimo salir de “nuestro” lugar.

Cada uno de nosotros tiene un conjunto de creencias y unos valores que para nosotros son la verdad, pues nuestras experiencias y nuestros aprendizajes personales hasta la fecha así nos lo confirman. Con frecuencia caemos en la trampa de pensar que esa verdad es universal y nos comunicamos con los demás dando por hecho que esas creencias y valores son compartidos o deberían serlo.

Cada persona ha tenido un camino en la vida; a veces sus experiencias coincidirán con las nuestras y compartiremos un terreno común gracias al cual la comunicación con estas personas será más fluida; sin embargo, muchas veces este no es el caso y el no cuestionarnos esta circunstancia nos llevará a hacer juicios equivocados que pueden dificultar la comunicación con los demás.

Para ponernos en el lugar de otras personas y poder conectar con más facilidad con un mayor número de ellas necesitaremos cambiar el foco de nuestra atención. Para conseguirlo recomiendo seguir los siguientes pasos:

1.- Escuchar y observar con atención plena

En vez de empezar a comunicar lo que queremos decir teniendo en cuenta lo que a nuestro juicio es correcto, resulta más efectivo primero centrarnos en escuchar lo que la persona nos está diciendo y en observar cómo nos lo está diciendo. La atención plena nos ayudará a dejar a un lado nuestros pensamientos y la tendencia que muchos tenemos de centrarnos en lo que planeamos decir a continuación.

2.-Centrarnos en la evidencia sensorial

Otra trampa en la que solemos caer y que nos distrae de la experiencia real es hacer lecturas mentales de lo que percibimos; es decir, hacernos una representación interna de algo que nos cuentan que carece de base en nuestra experiencia sensorial presente. Para evitar esto es necesario mantener el foco en los hechos que podemos percibir con nuestros sentidos, lo que veo y lo que realmente se dice.

3.- Comprender la experiencia y secuencia pensamiento de nuestro interlocutor

Resulta también importante prestar atención a determinados aspectos del lenguaje verbal y no verbal de nuestro interlocutor que nos darán pistas importantes sobre sus valores, creencias y aprendizajes, y que nos facilitarán la comprensión de su experiencia y la secuencia de su pensamiento. Cuando lo hacemos, logramos concentrarnos mucho más en lo que la otra persona nos está intentando comunicar y entender mejor lo que ocurre en su interior.

En definitiva, cuando somos capaces de entender e incluso incorporar a nuestra comunicación aquellos aspectos clave de la experiencia del otro, nos será mucho más fácil conectar y eliminar los obstáculos a la comunicación.