En esta época son muy habituales los posts, videos y artículos que nos animan a perseguir nuestros sueños y a desarrollar nuestro potencial,  pero pocos nos atrevemos  realmente a dar el paso de ir a por lo que realmente queremos. Algunas personas se ilusionan momentáneamente, pero se desinflan con facilidad al pensar en la “realidad” que vivimos actualmente.

El entorno en el que crecimos y nos educamos muchos de nosotros “olvidó” incluir el  ingrediente esencial para sacar al ser único y extraordinario que vive dentro de todos nosotros: la autoconfianza, e incluyeron otros ingredientes que han fomentado más el conformismo y el seguir un estilo de vida estándar. Es por ello que algunos nos preocupamos en exceso por lo que puedan pensar los demás y dedicamos grandes esfuerzos y energía a convertirnos en lo que se espera de nosotros,  incluso cuando esto no es lo que nos gusta.  Esto hace que los cambios nos den miedo y nos mantengamos en aquello que nos resulta familiar y conocido.

La programación recibida durante años nos aleja de nuestros sueños, pero ¿y si hiciéramos caso a esa vocecita interior que nos dice que podemos dar más y que sabe que tenemos mucho más potencial? Muchos son los que tienen el deseo de cambiar y fantasean con mandarlo todo a paseo y empezar una nueva vida, pero enseguida les asaltan las dudas y lo ven como una locura: “¿Cómo voy a hacer eso? ¿Qué pensarán de mí? ¿Y si me sale mal? Encima con los tiempos que corren…”. De repente nos acordamos de la hipoteca y de todas las malas noticias: las estadísticas, los desahucios… y nos viene una imagen mental de nosotros mismos viviendo en la indigencia o volviendo a casa de nuestros padres. Esta imagen  nos vuelve a colocar en la zona de confort y nos lleva a resignarnos a que nuestros sueños son imposibles y a esperar ansiosamente a que llegue el viernes, las vacaciones y todas aquellas cosas que nos traen algo de placer y nos ayudan a evadirnos de nuestra realidad.

Desde mi propia experiencia y la de mi trabajo como coach especializada en cambios personales y profesionales, les diré que es posible perseguir nuestros sueños y que podemos sacarnos mucho más partido del que estamos demostrando actualmente, sea cual sea nuestra ocupación o situación personal.

No soy partidaria de lanzarse al vacío sin paracaídas. La clave para lograr cambios en nuestra vida y  alcanzar nuestros sueños reside muchas veces en la preparación y en definir bien dónde, cuándo, cómo, para qué y qué queremos alcanzar. También es útil hacer un análisis del punto del que partimos y preguntarnos qué es lo que necesitamos para lograr el cambio.  Por ejemplo, las habilidades técnicas que necesitamos adquirir o las habilidades sociales o comunicativas en las que debemos trabajar. Igual de importante resulta tomar conciencia de aquello de lo que necesitamos desprendernos para poder perseguir nuestro sueño.

Para dosificar el vértigo que genera la decisión de dar un gran cambio, recomiendo dividir el camino en varias fases.  En cada una de ellas, animo a plantearse una serie de objetivos y acciones que deberán cumplirse en determinadas fechas y al final de cada una de estas etapas afrontar un reto que suponga salir de la zona de confort. El  ir superando cada una de las fases ayuda a percibir el sueño como algo más accesible; además, este sistema ayuda a ganar la autoconfianza necesaria para llegar a la meta final con mayores garantías de éxito.

Cuando nos entrenamos y trabajamos la autoconfianza a través de nuevas experiencias y aprendizajes, nos hacemos conscientes de nuestro propio valor y ya no necesitamos compararnos tanto con los demás; nos sentimos más dueños de nuestro destino y  más capaces de asumir riesgos moderados; no tenemos tanto miedo a cometer errores e, incluso, los aprovechamos para aprender, y nos apoyamos en los logros pasados para superar obstáculos y coger fuerza.   Con autoconfianza es mucho más fácil ponernos en acción y ser constantes en la persecución de nuestros sueños.

¡No renuncies a ellos y desarrolla plenamente tu potencial!